viernes, 18 de marzo de 2011

Unión Pontonera. Un partido para un pueblo – Capítulo III

Una vez inscrito el partido era tan sólo cuestión de tiempo que se supiera lo nuestro. Buscando en Internet ya aparecíamos en la Web del ministerio. A partir de este momento nos enfrentábamos ante la siguiente pregunta: ¿seguir con el secreto y esperar?, utilizando el factor sorpresa, o ¿darlo a conocer? y empezar con una precampaña para captar colaboradores. Los trámites para presentar candidaturas no empezaban hasta marzo de 2007, por lo que triunfó el término medio y nos dimos a conocer oficialmente a los vecinos el 6 de diciembre, por medio de una carta de presentación en la que los emplazábamos a nuestro acto de presentación formal aprovechando la época navideña.

El día señalado para presentarnos ante el público fue el 30 de diciembre, en un acto marcado por la expectación y los nervios. Presentamos también ese día un apresurado esbozo de lo que luego fue un pequeño DVD sobre la historia de Pontones (Breve Historia de Pontones, que os hemos ido redactando en los últimos meses). La acogida fue muy buena y tuvimos además la suerte contactar con la cobertura de la radio comarcal Radio Sierra. Esta fue nuestra primera pequeña victoria, pues fuimos protagonistas destacados de la actualidad de la Sierra de Segura en el inicio del año 2007, eclipsando incluso a otras noticias como la dimisión del alcalde de Segura de la Sierra o la compra de una quitanieves de último modelo para Santiago-Pontones. Se destacó, para satisfacción nuestra, la singular iniciativa, respetuosa, joven y sin signo político al uso.

Y es a partir de este momento donde comienza nuestra particular vida pública, en la que al menos hasta la campaña electoral reinó la tranquilidad. Si hubo críticas, malas críticas, estas fueron anecdóticas y fruto más bien del desconocimiento que de la mala intención. Quizás estas últimas las provocamos nosotros mismos debido a la decisión de aguardar a que la gente se interesara por nuestro proyecto participando activamente, sin hacer presión sobre nadie, pues en su día entendimos que quedaba mucho tiempo para las elecciones y quince días de campaña eran suficientes para pedir el apoyo con el voto y concretar al público el proyecto definitivo. Fue así, por lo tanto, no por dejadez o desgana, por lo que lo concebimos todo como algo abierto, por lo menos hasta el momento de la campaña.

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