lunes, 14 de marzo de 2011

Unión Pontonera. Un partido para un pueblo – Capítulo II

Ya desde el primer momento la idea que más pesaba era la de total independencia y focalizada a Pontones en exclusiva, y las principales razones que esgrimíamos los que así pensábamos eran que Pontones tenía de por sí una situación y una problemática del todo propias, y esa precisamente no se alimentaba de la situación del momento: un municipalismo que absorbía a Pontones sistemáticamente.

Así que un 18 de septiembre nos fuimos a Jaén, a un notario, para inscribir nuestro partido, con nuestros estatutos redactados bajo el brazo, y ese gusanillo de mantenerlo todo en secreto. Tardamos bastante en ser atendidos, pues en la notaría afirmaban que no habían tenido nunca un caso como ese, y es que un partido político no se forma todos los días. Bastaban tres personas para dar de alta el partido, en calidad de apoderados. Los dos primeros fuimos los que esto escriben y el tercero Simón Picón, al que le contamos lo que íbamos a hacer (los tres) en Jaén, al volcar la cuerda de las Casas. Aceptó encantado, todo hay que decirlo. Como uno no nace enseñado, y la novatada siempre se paga, tuvimos que volver otra vez al notario, pues en el Ministerio de Interior, a donde remitimos toda la documentación necesaria, nos comunicaron que debíamos hacer una serie de modificaciones en los estatutos y por lo tanto registrar mediante un acta de subsanación las rectificaciones posteriores (que fueron de forma, por cierto, entre ellas las siglas, que pasaron de UP a UnP). Esto retrasó algo la inscripción de Unión Pontonera, que tuvo lugar un 19 de octubre del 2006.

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